El terrorismo golpeó ayer brutalmente a Moscú cuando una carga equivalente a siete kilos de trilita hizo explosión en la atestada sala de espera del aeropuerto internacional de Domodédovo, el más importante de Rusia. Treinta y cinco muertos y 168 heridos, 74 de ellos hospitalizados, era anoche el balance provisional del crimen. El atentado fue cometido aparentemente por un suicida. En el lugar de la explosión se encontraron restos del cuerpo del terrorista, según fuentes policiales. Estas dijeron a la agencia Itar-Tass que el autor podría haber sido alguien utilizado para la misión o ser simplemente un portador de la carga. Por su parte, Interfax, citando también fuentes policiales, precisaba que había sido hallada "la cabeza de un hombre de aspecto árabe, de unos 30 o 35 años, que posiblemente hizo detonar la carga".
La explosión se produjo en el vestíbulo situado entre la salida de la aduana y un café frecuentado por los que esperan. Ocurrió a las 16.32 (dos horas antes en la Península). Un testigo, citado por un reportero del canal de televisión Vesti en Domodédovo, dijo que un individuo había irrumpido en la sala de espera gritando "ahora os mataré a todos". Después, sonó un estallido, la sala se llenó de humo y metralla (la carga iba acompañada de objetos metálicos y punzantes para incrementar el efecto de la onda expansiva), sangre y cadáveres, mientras los supervivientes huían despavoridos. Según Vesti, los heridos leves se sacaban ellos mismos la metralla del cuerpo.
Aunque los portavoces oficiales hablan de una explosión, los testigos discrepaban sobre si se produjeron una o dos explosiones. Las autoridades han dado orden de búsqueda y captura de tres hombres cuya identidad no ha sido revelada. Fuentes policiales citadas por Interfax barajaban la hipótesis de que el atentado hubiera sido llevado a cabo por una mujer y aventuraban que se trataba del segundo intento de acto terrorista en Moscú en pocas semanas. Las fuentes señalaron que el 31 de diciembre pasado, una mujer procedente de Chechenia pereció cuando estaba manejando explosivos en un pabellón situado en un club deportivo al suroeste de Moscú (el aeropuerto de Domodédovo está también en esta dirección). La mujer estaba casada con un miembro de una banda armada del norte del Cáucaso y las circunstancias del incidente hacen pensar a la policía que la mujer estaba siendo preparada para un acto terrorista. A partir de este caso, y de acuerdo con esta versión, fue detenida otra mujer en Volgogrado y esta habría puesto sobre la pista de los tres eventuales organizadores del acto, de origen checheno. Los sospechosos habrían preparado a otra terrorista suicida, a la que acompañaron el lunes al aeropuerto. La explosión se produjo en un momento de intenso tráfico aéreo, ya que en Domodédovo se esperaban 30 vuelos, de ellos 15 internacionales. Los heridos fueron llevados a una docena de clínicas distintas y entre ellos hay un francés, un italiano y una eslovena.
Moscú volvía a sumergirse así en el ambiente de pesadilla y temor que ya conoció hace 10 meses tras las dos explosiones en el metro de la capital, el 29 de marzo, que causaron 40 muertos. Dos mujeres de Daguestán (una de ellas viuda de un guerrillero) ejecutaron aquellos atentados, cuya responsabilidad asumió Doku Umárov, el jefe del denominado Emirato del Cáucaso. El aeropuerto de Domodédovo es el más concurrido de Rusia y por él pasaron 22 millones de personas en 2010. Es también el aeropuerto utilizado por muchas líneas aéreas internacionales como Iberia, cuyo avión procedente de Madrid debía aterrizar a las 17.15, es decir, 47 minutos después de la explosión. El avión de Iberia sin embargo fue desviado al aeropuerto de Vnúkovo y después de dejar el pasaje en aquel aeródromo salió de nuevo, vacío, hacia Madrid. Los pasajeros que no pudieron volar anoche serán trasladados hoy a la capital española. La Embajada de España en Moscú informó de que no hay españoles entre los fallecidos. En total fueron seis los aviones desviados de Domodédovo hasta que el aeródromo restableció rápidamente su funcionamiento y habilitó otra ruta de circulación para los pasajeros en el interior del edificio.
"Lo que sucedió muestra que gran parte de las leyes que deben funcionar no se utilizan de forma adecuada en diferentes sitios. Hay que aclarar esto", dijo ayer el presidente Dmitri Medvédev. Se da la circunstancia de que los accesos a Domodédovo (al igual que a los otros aeropuertos de Moscú) disponen de numeroso equipo de seguridad que permite controlar a fondo a personas y equipajes. Sin embargo, en Domodédovo, según la experiencia de esta corresponsal, los controles de quienes acceden al aeropuerto no son sistemáticos, sino que parecen depender de las intuiciones de los policías de guardia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nombres y Apellidos:
Correo Electrónico :
País y Ciudad :