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| Embajador Gerardo Alemán |
Querido Embajador y sincero amigo Willians De Jesús Salvador:
He leído con el detenimiento y la debida atención que ameritan las lecturas de sus reflexivas e ilustrativas opiniones vertidas en el honroso espacio de Mundo Político Dominicano.
Siempre he rehusado opinar sobre el complejo y espinoso tema haitiano, cuyos vínculos de amistad y cooperación seculares, sellan un matrimonio sin divorcio.
Nuestra amada isla es como un aves cuyas dos alas son imprescindibles para hacer efectiva su vuelo, para ofrecer partos fecundos a dos almas gemelas que las llenen de maravilla y felicidad.
Le felicito por el tema sobre el cual hace especial énfasis e incapié en esta II parte: el cólera y su incidencia en el turismo.
Si a las autoridades del actual Gobierno se le escapa el debido manejo de control y prevención del cólera en nuestro país, retrocederíamos en el tiempo en el que fuimos víctimas de aquellas enfermedades infectocontagiosas como en la época de la colonia. Es por ello que las autoridades competentes del Gobierno deben prevenir para no tener que curar, al tiempo de hacer saber al mundo de que el cólera está bajo control para salvaguardar el turismo, así como fortalecer nuestro mercado bilateral, ya que cualquier descuido podría afectar nuestra economía y la salud de todos/as.
Como usted bien señala, los turistas toman muy en cuenta los factores sanitarios, medio ambiente, estabilidad política, etc. En esto, los turistas son como las guineas tuertas, que con el mínimo ruído se espantan, por lo que debemos ser celosos guardianes en la defensa de estos factores, para salvaguardar esta preciada fuente de divisa de nuestro país: el turismo y su sustentabilidad macroeconómica.
Querido Embajador y amigo, le recomiendo continuar con la misma línea de enfoque y visión de sus brillantes e importantes artículos sobre el tema en cuestión, sin meterse en profundidad en abordar algún aspecto sensitivo, evitando así que voces desafectas intentaren buscar las 5 patas al gato que provoquen ronchas innecesarias, por muy valiosas que las mismas fueren.
Estaremos atentos en la próxima entrega de estas importantes y edificantes entrega de su digna y equilibrada pluma sobre temas tan apasionantes.
Fraternalmente,
Gerardo Alemán.
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