Don Gerardo Alemán |
Distinguido Embajador y apreciado amigo William de Jesús Salvador:
He leído con la atención que amerita su brillante y edificante escrito, en el cual hace un acertado parangón entre los egregios hombres adalides de la Roma de los Césares y uno de los paladines del Partido Revolucionario Dominicano, quien le tocó el reto de sembrar y hacer parir la tierra luego de que un fenómeno de la naturaleza afectara sensiblemente las fuentes agrícolas nacionales, convirtiendo ese hombre de trabajo y hoy Ex-Presidente de la República, en el mejor y más eficiente Ministro de Agricultura que ha tenido hasta ahora la República Dominicana, en el mejor Gobierno que registran los anales de nuestra historia; pues, hablar de Don Antonio Guzmán e Hipólito mejía, así como de nuestro líder y guía José Francisco Peña Gómez, es izar a lo más alto el simbolo patrio del honor y la dignidad dominicana. Ellos, como otros líderes en nuestro PRD, forman nuestra pléyade y legión de Césares dominicanos, defensores denodados de la soberanía nacional, la libertad, la democracia y la justicia social dominicana.
Ahora bien, ante un Gobierno cerrado, con los oídos sordos en el corazón del pueblo ¿cuánto más tiempo creen podrán durar fingiendo sin escuchar el clamor de la gente?
Cuando esa gran masa de hombres y mujeres -que a diario se beben sus lagrimas sumidos/as en el dolor de sus pobrezas- despierden, la República Dominicana despertará.
Cabe citar el Cuento de Edgar Allan Poe ´La máscara de la muerte roja´donde se simboliza la futilidad del intento del Príncipe de encerrarse en su Palacio a dar fiesta hasta que pase la peste.
Cabe significar que las huestes del Gobierno del PLD se han hecho ricos a costa del sudor y sangre de esa masa mayoritaria de hombres y mujeres que hoy viven bajo el yugo de un Gobierno que utiliza de manera abusiba los recursos públicos del Estado para mantenerse a sangre y fuego en el Poder, lo cual le a dado la categoría y mote de un Gobierno legal, pero ilegítimo.
¿A caso la Compañía por Acciones que representan el Gobierno y el Comité Político del PLD, esperan que esa legión de pobres dominicanos continíuen padeciendo el hambre y la miseria ocasinada por éstos bárbaros de la corrupción y el latrocinio de los bárbaros que constituyen la plaga morada del PLD, mientras sus buitres disfrutan de los más altos estándares de vida?
¿Creen que es tolerable que quienes le han robado y humillado al pueblo, han cometido crímenes, han violado la Constitución y las Leyes de manera flagrante y constante para mantenerse a sangre y fuego en el Poder bajo la sombrilla de la impunidad, se avengan a pontificar la corrupción, dar lecciones de ética, moral y derechos humanos?
A todo esto cabe significar que, si el Gobierno del Presidente Fernández fuese consecuente con la realidad que vive el país, la práctica de sus políticas en materia de Derechos Humanos, etc., y si tuvieran pudor, vergüenza, dignidad, pudor, entre otros dones, y situvieran corage y valor, se arrodillarían como méndigos ante un sacrosanto, para pedir perdón al pueblo y devolverle lo que en justicia le perteneve, lo cual sería una oportunidad para reinvindicarse.
Pero no, prefieren continuar p´lante, hasta despertar un día no muy lejano en la cárcel.
En pocas palabras, sólo hay un medio de salvación y es: tener FE EN DIOS, CONFIANZA EN EL PUEBLO, AMOR Y ESPERANZA EN EL PARTIDO REVOLUCIONARIO DOMINICANO. ¡Y HARÉIS JUSTICIA!!!
Gerardo Alemán.
He leído con la atención que amerita su brillante y edificante escrito, en el cual hace un acertado parangón entre los egregios hombres adalides de la Roma de los Césares y uno de los paladines del Partido Revolucionario Dominicano, quien le tocó el reto de sembrar y hacer parir la tierra luego de que un fenómeno de la naturaleza afectara sensiblemente las fuentes agrícolas nacionales, convirtiendo ese hombre de trabajo y hoy Ex-Presidente de la República, en el mejor y más eficiente Ministro de Agricultura que ha tenido hasta ahora la República Dominicana, en el mejor Gobierno que registran los anales de nuestra historia; pues, hablar de Don Antonio Guzmán e Hipólito mejía, así como de nuestro líder y guía José Francisco Peña Gómez, es izar a lo más alto el simbolo patrio del honor y la dignidad dominicana. Ellos, como otros líderes en nuestro PRD, forman nuestra pléyade y legión de Césares dominicanos, defensores denodados de la soberanía nacional, la libertad, la democracia y la justicia social dominicana.
Ahora bien, ante un Gobierno cerrado, con los oídos sordos en el corazón del pueblo ¿cuánto más tiempo creen podrán durar fingiendo sin escuchar el clamor de la gente?
Cuando esa gran masa de hombres y mujeres -que a diario se beben sus lagrimas sumidos/as en el dolor de sus pobrezas- despierden, la República Dominicana despertará.
Cabe citar el Cuento de Edgar Allan Poe ´La máscara de la muerte roja´donde se simboliza la futilidad del intento del Príncipe de encerrarse en su Palacio a dar fiesta hasta que pase la peste.
Cabe significar que las huestes del Gobierno del PLD se han hecho ricos a costa del sudor y sangre de esa masa mayoritaria de hombres y mujeres que hoy viven bajo el yugo de un Gobierno que utiliza de manera abusiba los recursos públicos del Estado para mantenerse a sangre y fuego en el Poder, lo cual le a dado la categoría y mote de un Gobierno legal, pero ilegítimo.
¿A caso la Compañía por Acciones que representan el Gobierno y el Comité Político del PLD, esperan que esa legión de pobres dominicanos continíuen padeciendo el hambre y la miseria ocasinada por éstos bárbaros de la corrupción y el latrocinio de los bárbaros que constituyen la plaga morada del PLD, mientras sus buitres disfrutan de los más altos estándares de vida?
¿Creen que es tolerable que quienes le han robado y humillado al pueblo, han cometido crímenes, han violado la Constitución y las Leyes de manera flagrante y constante para mantenerse a sangre y fuego en el Poder bajo la sombrilla de la impunidad, se avengan a pontificar la corrupción, dar lecciones de ética, moral y derechos humanos?
A todo esto cabe significar que, si el Gobierno del Presidente Fernández fuese consecuente con la realidad que vive el país, la práctica de sus políticas en materia de Derechos Humanos, etc., y si tuvieran pudor, vergüenza, dignidad, pudor, entre otros dones, y situvieran corage y valor, se arrodillarían como méndigos ante un sacrosanto, para pedir perdón al pueblo y devolverle lo que en justicia le perteneve, lo cual sería una oportunidad para reinvindicarse.
Pero no, prefieren continuar p´lante, hasta despertar un día no muy lejano en la cárcel.
En pocas palabras, sólo hay un medio de salvación y es: tener FE EN DIOS, CONFIANZA EN EL PUEBLO, AMOR Y ESPERANZA EN EL PARTIDO REVOLUCIONARIO DOMINICANO. ¡Y HARÉIS JUSTICIA!!!
Gerardo Alemán.