El 20 de mayo, recién pasado, se inició la cuenta regresiva hacia la próximas elecciones nacionales presidencial y vicepresidencial de la República Dominicana.
A un año justo del certamen electoral, existe una clara definición del electorado dominicano, todos los sondeos realizados, apuntan a una sola dirección, Hipólito Mejía y el PRD, ganarán las elecciones en la primera vuelta.
La reacción de los voceros del PLD, no es desmentir esta incuestionable realidad, su respuesta es el vituperio, la mentira, el chantaje y volver a los tiempos de la política del miedo a los electores dominicanos. Estas estrategias mercadológicas ya no tienen espacio en la era de la ciberpolítica.
Hemos leído, el debut, desafortunado por cierto del vocero del virtual candidato del PLD, quien advirtió que el funesto precedente que representan los gobiernos del Partido Revolucionario Dominicano y los pronunciamientos de su candidato Hipólito Mejía constituyen una amenaza constante a la estabilidad macroeconómica y al clima de inversión en el país.
Saben ustedes, cual es la verdadera amenaza a la estabilidad política, social, económica y al clima de inversión extranjera en el país?
La amenaza a la estabilidad del país y su democracia, la constituyen un largo colorario de problemas que mantienen al pueblo dominicano al borde de un estallido social de magnitud impredecibles, si no existiera la certidumbre de que el año próximo habrá un cambio de gobierno y de partido en la conducción de la cosa pública.
La inseguridad ciudadana, ha llegado a límites insospechados, la criminalidad, la delincuencia y las perturbaciones sociales a todos los niveles, no es soportable.
El alto costo de los combustibles, no por el aumento propio de los derivados del petróleo, sino, por la aplicación abusiva de la ley, en la que existe un margen impositivo desmesurado, a la vez que su aplicación es poco transparente.
La pobre política epidemiológica de Salud Publica, que ha permitido que el cólera se propague por todo el territorio nacional, esto afecta sensiblemente el turismo y por ende la entrada de divisa de uno de los pilares principales de la economía nacional.
Saben ustedes, cual es la principal amenaza a la estabilidad macroeconómica, el déficit presupuestario que han tenido que emitir, veinte y cinco mil millones en bonos soberanos, continuando con el esquema de gobernar del Presidente Lilís, endeudando el país por encima de sus capacidades crediticias.
Saben cuál es la amenaza a la inversión extranjera, es corruptela de estado que desborda los límites del estado dominicano, a tal grado, que hasta el Seguro de los Maestros Dominicanos, lo han desfalcado, hecho que avergüenza al país.
Roland Barthes y Christian Katz, especialistas del análisis semiótico de las campañas electorales dicen: Que cuando el partido gobernante recurre a infundir el temor sobre los cambios políticos es porque los argumentos de sus bondades no existen o son insuficientes para convencer a los electores.
La campaña basada en infundir temor a la población, es un recurso obsoleto, que era aplicada hace más de medio siglo, cuando el poder era ejercido por el dictador Trujillo y el Partido Dominicano.
En esta situación de irritación e indignación que vive la sociedad dominicana, pueden provocar con semejante actitud de campaña, que el pueblo que esta hasta la coronilla con este gobierno del PLD, le llene la Puerta del Conde, con un millón de ciudadanos y ciudadanas, para anticipar las elecciones, así, que dejémonos de chantajes, amenazas infundadas, hagamos una campaña de propuestas fundamentadas en las realidades del pueblo dominicano y sus necesidades.
Hoy cuando regresaba de Puerto Plata, en el Cruce de Luperon, me dijo, Doña Carmela Jiménez de Rio, quien se gana la vida vendiendo pescado: “Mi voto, será un voto de enojo e ira contra los comesolos, a Papá las mujeres lo llevaremos a faldasos limpios al Palacio Nacional.
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